miércoles, 19 de enero de 2011

Comienza tu camino a la Libertad Financiera con una pequeña deuda positiva

Si quieres conseguir Libertad Financiera debes aprender cuando adquirir deudas y cuando debes evitarlas.
 
Hay deudas buenas y deudas malas.  

Deudas buenas o positivas:

Cualquier tipo de deuda que adquiramos en pro de un beneficio económico posterior, es una deuda positiva. Pedir un préstamo para abrir un negocio, para comprar una casa, para educarnos o para facilitar la manera como trabajamos a través de la contratación de personal o compra de equipos electrónicos, en otras palabras, para la adquisición de activos, es considerado una deuda positiva. Este tipo de deudas (llamada “apalancamiento”) nos va a ayudar a aumentar nuestros ingresos a corto, mediano y largo plazo (dependiendo del tipo de activo). 
Por ejemplo tu adquieres una deuda de 1030 $ empleado ese dinero para hacerte Director Regional en Amarillas Internet, y te dan producto por valor de 10.000$ en 50 anuncios premium (valor de cada uno 200$), es decir con 5 anuncios premium ya has recuperado la deuda o con 5 Directores Regionales directos también.
Por eso tu plan tiene que estar muy bien estructurado de manera que los ingresos que vas a recibir logren pagar la deuda lo antes posible y al mismo tiempo nos generen lucros, en este caso 8.970 dólares. 
Si sigues nuestro Plan de Acción y confías en ti mismo en un mes recuperas la inversión y en unos meses tendrás esas ganancias.

Únete y comienza tu camino a la Libertad Financiera con una pequeña deuda positiva



Para que te ilustres también te voy a hacer una disertación sobre las deudas negativas, pero ese tipo de deudas debes evitarlas siempre que te sea posible:

Cada vez que usamos la tarjeta de crédito o pedimos un préstamo para comprar ropa, una televisión nueva, un reloj, unas vacaciones por el caribe, un coche o cualquier otro tipo de pasivos, es deuda a evitar. Para todo aquello que no nos va a generar ingresos es mejor pagarlo de contado o en caso de que se pague a crédito, pagarlo lo más rápido posible para evitar los intereses (que en muchos casos, son tan caros o más que el valor del propio producto, dependiendo de cuánto tiempo demoramos en pagarlo). Mucha gente cae en la tentación de pensar que ciertos pasivos son activos. Un buen ejemplo de esto son los coches. Una vez que el coche sale de la agencia, ya pierde de un 35% a un 50% de su valor. Si lo compramos a crédito, luego de pagar los intereses, no solo nos damos cuenta de que no es un activo, sino que fue una gran estupidez no haberlo comprado al contado. Es verdad que la mayor parte de las personas no tienen la posibilidad de pagar el coche en su totalidad y necesitan inevitablemente recurrir a un crédito. Lo ideal sería poder pagar inicialmente lo máximo que sea posible, reduciendo el valor del préstamo. Por otro lado, intentar pagarlo lo antes posible, reduciendo el valor del interés. Con todo esto no te quiero decir que no debes comprar a crédito, sino que debes saber distinguir cuando es “adecuado” endeudarnos y cuando es mejor evitarlo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario